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La Ciudad Sagrada de Caral, ubicada en la provincia limeña de Barranca y considerada la más antigua de América, celebra hoy el cuarto año de haber sido declarada por la UNESCO, como Patrimonio Mundial. La decisión se tomó el 28 de junio de 2009 en la 33º Sesión del Comité del Patrimonio Mundial realizada en Sevilla (España). El fallo de la UNESCO se basó en el informe técnico presentado por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (COMOS), que evaluó la propuesta peruana. Entonces se confirmó los destacados valores universales de la Ciudad Sagrada de Caral, testimonio excepcional de la civilización Caral, ldesarrollada hace cinco mil años, casi en simultáneo con las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Egipto y mucho antes que China e India.

Las posibilidades de que la Unesco reconozca al Qhapaq Ñan como patrimonio mundial son muy altas en vista de la sólida fundamentación consignada en el expediente presentado a dicho organismo, informó hoy una autoridad local. “Estamos convencidos, por la fundamentación del expediente, que es de más de 1,900 páginas, que el Qhapaq Ñan será declarado patrimonio de la humanidad”, sostuvo el director regional de Cultura de Cusco, David Ugarte Vega-Centeno. Recordó que el trabajo empezó en 2004, y es la primera vez que el expediente para el reconocimiento de un patrimonio es elaborado por seis países (Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú).

La revista Patrimonio Mundial de la Unesco publicó un artículo que destaca las bondades del parque nacional del Manu, que se extiende sobre territorios de Cusco y Madre de Dios, informó  el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). El texto fue escrito por José Carlos Nieto Navarrete y Luis Alfaro Lozano, el primero de ellos actual jefe del área natural protegida. En sus páginas se menciona que “recorrer el camino que lleva al parque nacional del Manu implica apreciar la vegetación de la puna en la parte alta para luego observar en pocas horas la transformación del paisaje en una exuberante y diversa vegetación del bosque nublado y sus ríos torrentosos, para luego arribar a la llanura amazónica”. Se recuerda que los antepasados también apreciaron este extraordinario y cambiante paisaje y le dieron gran importancia.