Danza de Rukus se remonta a inicios del siglo XX en Cachapampa

Aunque en la localidad hunauqueña de Canchapampa no hay registro sobre el inicio específico de la danza de los Rukus, para algunos especialistas, podría remontarse a la primera mitad del siglo XX, a partir de la organización del concurso por la municipalidad provincial.

El mes pasado, el Ministerio de Cultura declaró a la danza Rukus de Canchapampa Patrimonio Cultural de la Nación. Se trata de una danza que también es teatro y que toma como "escenario vivo" las calles del pueblo de Canchapampa, en la provincia de Huamalíes, Huánuco.

La primera parte de la danza es el "arreo de la llama", desde las alturas, a cargo de los rukus, personajes que, por su experiencia, están ligados con los dioses tutelares (hirkas), siendo nexo entre "el mundo de adentro" y la sociedad humana.

Pero la danza es también homenaje al sincretismo cultural entre la cultura andina y la española. Los pobladores de Canchapampa consideran que su danza es de carácter ganadero.

Están aquí los toros y el dueño del ganado o "repuntero". Los rukus brindan a los toros sal para poder sujetarlos y luego realizan una parodia de las corridas de toros.

Los rukus son figuras populares rurales en Huánuco y Áncash, unen el mundo mítico y el natural. En la región Huánuco se les representa como el anciano guía, organizador de los recorridos del inca y su séquito de pallas camino a Cajamarca para hacer frente a la presencia de los españoles.

La segunda versión del ruku es como el anciano de cada pueblo, que por su sapiencia tiene trato muy cercano con el dios de las montañas (apus, en el sur; hirkas, en Huánuco).

Hay otras conexiones a nivel panandino. Los rukus de Canchapampa muestran dos personajes presentes en otras culturas: el "Pablucha" de la fiesta cusqueña del Qoyllur Riti, y los "Llameritos" de Parinacochas (Ayacucho).

Todos ellos portan sobre el pecho un muñeco, que les sirve para hacer bromas durante las festividades. Además de este elemento en común, suelen portar pellejos de animales: los rukus llevan pieles de comadrejas y los personajes llamados "atoq alcalde" portan un zorro.

La Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas (ENSFJMA) asesora a las asociaciones de provincianos residentes en Lima para que sustenten sus petitorias de declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación.

Para los canchapampinos, se trata de una danza ganadera por el protagonismo del toro. En la representación, el animal sale de su hábitat y es entregado a la autoridad, formando un nexo entre el mundo de los dioses y el pueblo.

Fuente: [Andina]

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