Rincones para conocer cerca de casa: Parte 1

La cuarentena no va a ser eterna, pero es bueno ir preparando la mente para cuando esta situación termine. En esta ocasión se eligieron tres ciudades para que sus pobladores puedan ir imaginando pequeños escapes turísticos, sin ir muy lejos de casa y así poder despejar la mente luego de un largo periodo de aislamiento social. Así que a visualizar los lugares y animarse a hacer turismo post-cuarentena.

Para los limeños

Iniciar el día yendo a comer en un rico ceviche, después de varios días cocinando en casa y lavando platos, suena como uno de los mejores planes. Ese huarique, que estaba en la lista de espera hace mucho, estará abierto no habrá excusa para dejarlo pasar. Luego de almorzar, juntarse con los amigos ara enrumbarse a una aventura bien merecida. Lima tiene tantos lugares que ofrecer que hacer mención a algunos pocos resulta injustamente complicado.

Uno de estos lugares es Canta, que se encuentra a 114 km al noreste de Lima. Ir por la carretera es una experiencia especial. Las montañas van creciendo a medida que el camino avanza y poco a poco las laderas van cambiando de color. Hay varias paradas que se pueden hacer en la ruta. Una es visitar los Petroglifos de Checta, que involucra una caminata ligera, perfecta para entrar en calor.

Llegar al pueblo de Canta y luego enrumbarse hacia Obrajillo. En este pequeño pueblo se puede disfrutar de varios lugares para acampar y pasar una noche bajo las estrellas respirando aire puro. Al día siguiente, iniciar el día con una visita a la laguna Chuchún y disfrutar del imponente paisaje del valle alto del río Chillón. De esta manera, dar un último suspiro antes de regresar a la ciudad a continuar con la vida que vuelve a despertar después de tanto tiempo.

Para los cusqueños

Pasados los días de encierro en casa por la crisis, habrá un tiempo en el que los turistas se tomarán un receso antes de volver a visitar Cusco. Esta será la oportunidad perfecta para salir a disfrutar de los maravillosos atractivos de la región. Salir de casa un fin de semana con las amistades a emprender una aventura turística, de aquellas que los extranjeros suelen hacer. Iniciar el día con un pequeño paseo por Sacsayhuaman y calentar motores para lo siguiente.

El Valle Sagrado se extiende con su bella geografía que encierra a muchos pueblos que durante el año se repletan de turistas de todas partes. Tomar la oportunidad de parar en Pisac y recorrer el mercado, curiosear por el pueblo un momento: relajarse y apreciar. Seguir el camino por la carretera hacia Ollantaytambo, llegar aquí y visitar el lugar arqueológico. El sitio se eleva como un enorme muro que compite con la montaña. Si se asciende se tiene una vista espectacular del valle, algo agradable luego de haber estado en casa tantos días.

Pero, por qué no aprovechar la oportunidad de subirse al tren teniéndolo tan cerca. Visitar Machu Picchu no es algo que se haga muy seguido, pero luego de varios días sin salir, vale la pena. Verlo despejado y con el camino casi vacío tiene que ser una experiencia única. Una oportunidad para reconectar con esta región que mostrará un rostro diferente.

Para los tarapotinos

Para el final de la cuarentena, de seguro muchos ya estarán hartos del calor de la ciudad y más aún sin haber podido salir de casa a recibir un poco de brisa. Hacer un poco de turismo del que muchos tarapotinos ya no quieren hacer normalmente, porque “hay mucha gente”, sería a una buena idea.

Será momento, de volver a visitar las cataratas del Ahuashiyacu (si no llueve), bañarse en sus aguas muy temprano en la mañana y sacarse toda la energía acumulada durante los días de cuarentena. Luego, por la tarde, los recreos turísticos que pululan a los alrededores de la ciudad volverán a ofrecer todo lo que se necesita para refrescarse y continuar con la aventura: buena comida, piscinas limpias y bebidas refrescantes.

Finalmente, ya se podrá subir a Lamas para mirar el sol caer detrás de las montañas y sentir como la temperatura va bajando lentamente. La brisa fresca acompañará a los visitantes locales por la sinuosa carretera Lamas-Tarapoto. Esta idea de fin de semana probablemente sea la mejor de todas, cuando se levante el estado de emergencia.



Vía Prensa Turismo Gobierno

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